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14 jul 2022
La Organización Mundial de la Salud publica una revisión de su guía sobre autocuidado en la que apuestan por que los países utilicen estrategias de autocuidado innovadoras, y en la que las competencias enfermeras como la prevención y la promoción de la salud son imprescindibles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar una revisión de sus Directrices sobre intervenciones de autocuidado para la salud y el bienestar y vuelve a recomendar a los países que se utilicen las intervenciones de autocuidado como elementos críticos para lograr la cobertura sanitaria universal (CSU), promover la salud, preservar la seguridad mundial y servir a las poblaciones vulnerables.
Estas Directrices son importantes para las enfermeras porque abordan directamente ámbitos y competencias que les son propias.
El documento alerta de que se estima que para el 2030 habrá una carencia de aproximadamente 18 millones de profesionales de la salud en todo el mundo, por lo que las estrategias de autocuidado pueden paliar de alguna forma esta carencia.
Por eso menciona términos cien por cien enfermeros como la promoción de la salud, mediante la cual, afirman, las personas pueden tener un mejor control de su propia salud. La promoción de la salud incluye una amplia gama de intervenciones sociales y medioambientales destinadas a beneficiar y proteger la salud y la calidad de vida de cada una de las personas mediante el abordaje y la prevención de las causas básicas de la enfermedad, y no solo centrándose en el tratamiento y la cura.
La OMS recomienda diversas intervenciones de autocuidado para la promoción de la salud tales como la mejora de la nutrición y el ejercicio físico, pero también recomienda que existan elementos facilitadores esenciales que sirvan como base para su promoción, como conocimientos sobre la salud.
El documento enumera una serie de recomendaciones de autocuidado entre las que se encuentran mejorar los servicios prenatales, durante el parto y posnatales a través de intervenciones no clínicas en mujeres para reducir el número de cesáreas no necesarias. Y en este contexto pide expresamente que exista un programa de capacitación encabezado por enfermeras sobre relajación aplicada (cuyo contenido contemple debates en grupo sobre la ansiedad y temas relacionados con el estrés durante el embarazo y la finalidad de la relajación aplicada, técnicas de respiración profunda, entre otras técnicas de relajación).
Entre las directrices también se encuentran declaraciones sobre buenas prácticas dirigidas a los profesionales de la salud entre las que destacan la necesidad de formación y la capacitación basada en competencias.
ACCEDE AQUÍ AL DOCUMENTO COMPLETO DE LA OMS
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