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28 feb 2024
Enfermeras de La Paz nos cuentan cómo realizan la técnica ‘MEEK’ en quirófano a grandes quemados.
El cuidado de las heridas es cien por cien enfermero, también las provocadas por quemaduras y, en este caso, dichos cuidados se llevan a cabo incluso desde el quirófano a través de una técnica llamada MEEK que llevan a cabo profesionales de más de 30 países, entre ellos España.
Enfermeras de Madrid habla con Isabel María Gómez Iglesias (durante 15 años en la Unidad de Quemados de La Paz), Eva María Montero Revilla y Celia Callejas San Ildefonso (ambas actualmente en esa misma Unidad del centro). Las tres enfermeras son expertas en esta técnica de mallado para injertos de piel tras una gran quemadura y que la enfermera lleva a cabo en el quirófano tras la extracción de los injertos por parte del cirujano plástico.
Antes de todo eso, detallan que la enfermera instrumentista monta una mesa exclusivamente para realizar el mallado mediante la técnica MEEK.
Las enfermeras estiran los injertos sobre una superficie dura y lisa con la dermis hacia arriba y epidermis en contacto con la superficie dura. Seguidamente van colocando unos corchos (deben estar humedecidos en una batea con suero fisiológico) sobre la piel estirada; un injerto seguido de otro para aprovechar la máxima extensión de piel posible. Cortan la piel con un bisturí guiándose de los márgenes de los corchos que están puestos sobre la piel. Después colocan los corchos en el carrier de la malladora, lo cierran con la tapa de rejilla y proceden a mallarlo mediante un pedal y una manivela. Una vez mallado, cambian la dirección de los corchos para así conseguir el mallado en cuadrícula y vuelven a pasarlo por la malladora. En otra parte de la mesa colocan los corchos con la piel mallada hacia arriba y la enfermera circulante los impregnará de un adhesivo especial en spray que dejan secar unos minutos. Pasados esos minutos, pegan los corchos con la piel hacia abajo (la epidermis) en la cuadrícula central del nylon, levantan el corcho y se ha quedado adherida la piel al nylon.
Por último, estiran el nylon en sentidos opuestos, primero dos lados y luego los otros dos y así habrán ampliado la extensión de la piel. Cortan los extremos sobrantes del nylon y lo introducen en una batea con suero fisiológico.
Para finalizar el proceso, el cirujano plástico ha preparado el lecho mediante un buen desbridamiento y limpieza. Una vez el lecho esté preparado, irá colocando los nylon sobre la dermis del paciente y fijándolos con grapas.
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