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27 may 2022
Actualidad
El liderazgo fue uno de los objetivos marcados en la campaña de Nursing Now Comunidad de Madrid y una vez pasado el tiempo ya podemos describir cómo son esas ‘nuevas’ profesionales.
Tras culminar hace algunos meses el Reto Nightingale (la formación en liderazgo para enfermeras que ofrecía Nursing Now Comunidad de Madrid y el CODEM), desde Enfermeras de Madrid nos hemos propuesto conocer qué cualidades tienen estas ‘nuevas’ profesionales surgidas de la iniciativa. Para ello hablamos con Marcos Santos, formador de este Reto, quien no duda en contestar nuestras preguntas.
¿Qué balance haces como formador de esta experiencia con las enfermeras madrileñas?
La verdad es que para mí ha sido fabuloso. Por un lado, como formador, porque el feedback ha sido genial y no puedo estar más agradecido de todas las palabras bonitas que he recibido por parte de tod@s los alumn@s. Pero especialmente orgulloso porque he visto un nivel de implicación, un esfuerzo y una dedicación, que es muy difícil de ver en las formaciones. Normalmente siempre hay alumn@s destacad@s. Y sinceramente, en las ediciones de este año, era dificilísimo destacar a nadie porque el nivel de participación e implicación ha sido realmente brutal. Y muchísimo más, si encima tenemos en cuenta la dificultad de la situación. Porque 2021 ha sido un año difícil para la mayoría, pero para todas las enfermeras y enfermeros mucho más. Cuando lo fácil era quedarse en casa y descansar, tod@s los alumn@s estaban conectados, practicando y aprendiendo. Demuestra mucho la pasión y dedicación de las enfermeras madrileñas la verdad.
¿A cuántas enfermeras has formado en este periodo?
Pues aproximadamente a 40 por edición, y han sido 6 ediciones este año. Así que unas 240 enfermeras. ¿Qué te ha llamado la atención de ellas? Es decir… ¿qué rasgos o con qué habilidades cuentan las enfermeras ya ‘de serie’ para llegar a ser líderes en sus organizaciones?
Siempre digo que el nivel de empatía de las enfermeras está muy por encima de la media nacional. La capacidad para observar y entendernos es algo que se ve que viene de serie y que además se practica día a día (Sinceramente, como posible paciente, ¡esto da una tranquilidad tremenda!) Y empatizar es importantísimo para liderar. Si no entiendes a tu gente, a tu equipo, no vas a poder adaptarte a ellas, a lo que necesitan. A un equipo no se le debe dirigir de una manera única, y hay que comprender las diferencias existentes para sacarle el máximo partido. Sin empatía, lucharás por adaptar al equipo a ti, cuando debe ser justo al contrario. ¿Cuáles han sido las inquietudes (dudas, preguntas…) que más te han trasladado durante los cursos?
¡Muchas! Tanta implicación conlleva también mucha duda, como es lógico (¡y muy buena señal!). Si tuviera que elegir, una muy repetida es el miedo a perder conexión con tus compañeras de siempre cuando accedes a un puesto de Supervisora. Algo muy lógico además en un trabajo de tanto contacto humano, donde es muy habitual que la que era compañera pase un día a ser Supervisora. Y como la presión mal gestionada cambia nuestro humor, y nuestras reacciones, hay quien tiene miedo a ese cambio. De hecho, es algo que trabajamos para ayudar en ese cambio de rol, porque es verdad que no es fácil pasar de compañera a Supervisora. ¿Nos puedes hacer un ‘top 5’ de cualidades o habilidades que, a tu juicio, debe tener una enfermera que quiera ejercer liderazgo en su organización?
Desde mi punto vista, se necesita, y no necesariamente por este orden:
Y añadiría una que creo que es necesaria para englobar al resto:
Desde aquí ayudarás a conectar con tu motivación profunda y con tu visión. Y con ellos, a alumbrar el camino de tu equipo, a que te sigan. Y estarás haciendo las cosas por ese objetivo, por esa contribución o ayuda que quieres generar.
Eso para mi es muy importante, porque liderar no es ni fácil ni cómodo. De hecho, es ingrato en muchas ocasiones. Y lo que te sostiene a seguir liderando, es saber que lo que haces sirve para algo muy importante. Como criar a un hijo o una hija. Que son muchas preocupaciones, miedos, dificultades. Pero verle crecer es un orgullo por lo que supone y merece la pena el esfuerzo. Liderar es un camino de sinsabores y alegrías muy parecido desde mi punto de vista. Así que, si lo haces por conseguir un mejor sueldo o unas mejores condiciones laborales, te costará mucho disfrutar del puesto. Casi diría que no sería posible fíjate. ¿En qué crees que pueden mejorar las enfermeras para ejercer un liderazgo más efectivo en su trabajo?
Bueno, desarrollando estas cualidades de las que hemos hablado anteriormente. Si me tuviera que quedar con una de ellas, y por mi experiencia formando en liderazgo a enfermeras, diría que la Coherencia. Básicamente porque es muy complejo aprender a gestionar las diferentes presiones que recibes cuando pasas a un puesto de Supervisora. De repente tu equipo te pide cosas, pero a la vez tus superiores y la dirección te exige otras (en muchos casos opuestas). Y ser coherente y firme con eso, es algo muy complejo. El miedo a que tus compañeras de siempre se enfaden contigo, te lleva a incoherencias por no querer quedar mal, a no delegar y caer en sobresfuerzos no necesarios, etc.… Así que esa firmeza y coherencia es algo que me gusta mucho trabajar con las enfermeras y que suele ser una dificultad grande y lógica. ¿Y en qué crees que deberían mejorar las organizaciones, administraciones y empresas para favorecer ese liderazgo? O preguntado de otra forma… ¿con qué obstáculos se encuentran las enfermeras para ejercer su liderazgo a pesar de estar formadas para ello y tener las capacidades para ejercerlo?
Desde mi punto de vista, el ‘resultadismo’. Se suelen hacer las cosas pensando en un gran resultado. Y no buscando que ‘hacer bien las cosas’ conlleve un gran resultado. Así que se pone el foco en números y resultados, antes que en cómo y qué hacer. Esto facilita un aumento del estrés y la sensación continua de falta de tiempo, para cumplir resultados. Todo es urgente, o al menos se vive de esa manera. Esto es habitual en los hospitales y centros de salud, pero también en todo tipo de empresas. Se quiere llegar a todo y se debe conseguir todo. Hay miedo a no conseguir resultados, y el espíritu resultadista nos lleva a movernos en lo urgente, mucho más que en lo importante, y a alejarnos de los Estándares de trabajo (algo de lo que se habla muy poco en liderazgo y gestión de equipos, por cierto). Y así andamos de tarea en tarea, saturados, con la sensación de no poder parar, haciendo esfuerzos inhumanos para tratar de llegar a todo. Ese espíritu resultadista dificulta priorizar, delegar, trabajar con coherencia, gestionar bien los tiempos y los conflictos, escuchar, y un largo etcétera.
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